No basta con un buen corte o color: el cuidado diario marca la diferencia. Muchas veces, pequeños gestos pueden evitar daños y mantener tu pelo más fuerte, brillante y manejable.
El primer paso es elegir un champú adecuado a tu tipo de cabello: hidratante, reparador, para cabello teñido… Cada necesidad tiene su tratamiento ideal. También es recomendable aplicar una mascarilla o acondicionador una o dos veces por semana para aportar nutrición y suavidad.
Al peinarte, evita el uso excesivo de calor. Si necesitas plancha o secador, utiliza siempre un protector térmico. Y no olvides recortar las puntas cada dos meses para evitar que el cabello se parta.
Por último, los tratamientos profesionales como hidrataciones profundas, keratina o rituales capilares ayudan a mantener el cabello sano desde la raíz hasta las puntas.
Si no sabes por dónde empezar, ven a nuestro salón y te recomendaremos una rutina personalizada según tu tipo de cabello.